Semifinales en Indian Wells (ATP)

Djokovic v Isner: Lejos de exponer el arrollador nivel mostrado hace un año, Djokovic ha ido avanzando por el cuadro con paso firme pero sin excesivo brío. Cierto es que únicamente ha cedido un parcial camino de semifinales, pero no ha pasado por encima del plantel como en la anterior edición. Gestionando el margen de error, se ha manejado en un punto de intensidad medio. Por debajo de la excelencia y por encima del sufrimiento. Pero está en semifinales. Sin desplegar el mejor nivel se encuentra a un partido de su tercera final en el desierto de California. Quizá esté reservando fuerzas para un duelo dominical que requerirá de reservas no sólo físicas. El programa que plantea Isner no debiera requerir un desgaste corporal extremo. No obstante, exigirá una concentración al servicio superior a la mostrada hasta el momento por el serbio. Un error ante Isner puede suponer mayor agravante que la pérdida del juego. Será un interesante test de regularidad antes de acceder al último peldaño.

Los grandes jugadores tienen la capacidad de incrementar el nivel conforme lo hace el calibre de sus rivales. Ahora Novak avista una amenaza seria. Ya no se trata de especialistas en tierra con una semana brillante en la superficie. La sombra de Isner proyectada sobre cemento representa uno de los grandes desafíos del momento presente. En su segunda semifinal consecutiva de Masters 1000 y con estatus de top 10 a corto plazo, el estadounidense encarna una oposición de peligrosa réplica. Vastamente superior tras la línea -aún moviéndose bien el norteamericano-, a Djokovic le conviene alargar los intercambios hasta unas dimensiones equiparables a la estatura de su titánico oponente. Portador de unos reflejos y una elasticidad que lo catapultan a referencia en el área de devolución, el serbio tendrá mucho terreno ganado toda vez que logre poner en juego los imperiales servicios del norteamericano. A pesar de un voluntarioso empeño, todo gigante termina adoleciendo de pies de barro. En mayor o menor medida, la capacidad para desplazar una enorme carrocería va decayendo conforme el reloj consume minutos. El exceso de centímetros limita la capacidad de hacer metros. Novak lo sabe y forzará la posición de un oponente que no duda en soltar el brazo. Al margen del servicio, Isner tendrá una opción real de cerrar puntos toda vez que pise pintura en el momento del impacto. Por tanto, casi tan importante para Novak será construir intercambios como imprimir profundidad a las trayectorias. Mantener al gigante cerca de la pared será mantener al gigante cerca del paredón.

La vida de Isner, en paradójica afirmación, debe pasar por la muerte súbita. Buena parte de las opciones de mantener la vertical tendrían el desempate como escenario. Vagando por el desierto californiano, el tiebreak será su tierra prometida. Remota la opción de alzar los brazos en un cuerpo a cuerpo con el balcánico, el norteamericano pondrá la mente en modo cortoplacista, centrando toda su atención en la consolidación de cada servicio. Una prioridad permanente en su desempeño deportivo que cobra especial relevancia al enfrentar al mejor restador de la disciplina. Dado que los grandes suelen terminar lo que empiezan, el primer set se antoja vital en las opciones del aspirante. Cómodo al servicio durante todo el torneo, sufrió al encarar en Simon un restador de respetable calibre. Tres roturas en dos mangas y una ingente cantidad de errores son figuras que difícilmente podrá permitirse ante el serbio. Ante Gilles tuvo la opción de un tercer set. Allí voló hasta la victoria. Fue una magnífica manga donde subió el nivel al servicio y siquiera encaró bolas de rotura. Si repite el errático arranque en semifinales, sin embargo, Novak pudiera cerrar la puerta antes del tercer acto.

Federer v Nadal: Al contrario de lo que pueda parecer, el cemento al aire libre es un territorio históricamente dominado por Nadal sobre Federer. Solamente en una ocasión ha cedido el balear a manos del suizo en tal escenario. Ocurrió en 2005, en Miami, meses antes de que el español alzase su primer título de Grand Slam y donde el helvético necesitó remontar dos parciales de desventaja. Enfrentados por vez primera en el erial californiano Nadal buscará extender esta supremacía sobre un suelo que Roger ha etiquetado de ‘poco más rápido que la arcilla’. Con semejante valoración, podemos entender la baza de que dispondrá Nadal para dictar juego tras la línea. Sobre el suelo ligeramente más raudo de Miami pero igualmente pesado, el balear dejaría en 5 juegos al suizo hace apenas un año en uno de los duelos más desequilibrados de la rivalidad.

Apartado de la final desde la temporada 2006, Federer ha visto como Nadal alcanzaba el partido por el título hasta tres veces en los últimos cinco años, incluyendo dos coronas a su palmarés. Trayectorias igualmente opuestas encontramos en el sendero que les ha conducido hasta las semifinales. El suizo, afectado por un proceso vírico, fue extendido hasta el tercer parcial tanto por el intimidante Raonic como por el impredecible Bellucci, quedando a dos puntos de la derrota ante este último. Por su parte el balear, con frescura competitiva en su reaparición tras el Abierto de Australia, apenas experimentó un amago de duda hasta la antepenúltima ronda. Luchando por el billete que les permitiría redactar un nuevo capítulo en la rivalidad deportiva más intensa de la última década, modificaron la temperatura mostrada en el torneo para mantener la gradación de colisiones particulares. Enfrentado a Del Potro, Federer ascendió a niveles de solidez exultante para extender a 11 sets consecutivos su brecha actual con el argentino. Puesto frente a Nalbandian, Nadal fue testado por vez primera en el torneo y volvió a sufrir ante el argentino. Tras salvar un 3-4 0-30 que hubiera permitido al cordobés servir para partido en el segundo set, quedó a dos puntos del abismo en esa misma manga (4-5 30-30) y a punto estuvo de ver anulada una renta de dos roturas en el set definitivo. Ambos han visto el precipicio de primera mano. Y ambos, ejercicio reservado a la élite, supieron hacer del sufrimiento punto de inflexión.

Habiendo ganado sus últimos 30 duelos a tres parciales, Roger llega al duelo con el argumento de la excelencia en el medio fondo. Invicto ante el suizo lejos del indoor desde la temporada 2009, el balear puede confiar en que gran parte de las victorias que configuran dicha racha las logró el helvético bajo bóvedas o suelos outdoor de ritmo muy vivo. Conocedor de la superioridad física de su oponente, la estrategia de Roger pasa por ser violentamente agresivo ante Rafa. Cuantos más minutos reste al reloj más opciones sumará para ganar el duelo. El último ejemplo reside en la semifinal del Abierto de Australia. Aferrado a una tormenta de golpes ganadores como tarjeta de bienvenida, invitó al adversario a una pelea de ritmo alto y pasajes cortos en la que Nadal no entró. Es un ejercicio de precisión tal que ni el propio suizo es capaz de mantener durante largo tiempo. Una práctica impropia de Nadal. Rafa espera y va introduciendo al helvético en su terreno. Va dilatando los intercambios hasta maniatar al suizo en un tempo adormecido. Una historia que Federer conoce. Un horizonte que el suizo trata de aplazar a base de tiros a las líneas pero que sabe que llegará. Lo ha vivido tantas veces que parece complicado no verse de nuevo inmerso en ello. En un partido a tres mangas las opciones del suizo crecen pues el plano físico tiene menor incidencia. Esto, sin embargo, también implica que Nadal tenga plena capacidad para cubrir pista desde el fondo. El ralentizado suelo exigirá un gran nivel al servicio del suizo. Si no es capaz de rayar lo brillante en este departamento, los intercambios durarán un golpe más. Y sabemos quién necesita golpes de menos.

Acerca de alvarorama
Probando la etiqueta

Deja un comentario